Lunes 4 de agosto
… la palabra del Dios nuestro permanece para siempre (v. 8).
La escritura de hoy: Isaías 40:6-11 | James Banks escribe: |
El incendio forestal más desastroso en la historia de Estados Unidos fue el de Peshtigo, en Wisconsin. Ocurrió la misma noche que el más conocido, en Chicago, pero cobró varios cientos de vidas más. Peshtigo, una ciudad floreciente con edificios de madera y parte de la industria maderera, se consumió en una hora con el infierno que avivaron las ráfagas de viento.
Entre los pocos objetos que dejó el fuego, quedó una pequeña Biblia abierta. Aunque las llamas habían chamuscado la tapa y el calor extremo había solidificado sus hojas, permaneció intacta. Actualmente se puede ver en un museo de la ciudad.
La preservación de aquella Biblia me recuerda la seguridad que Dios dio a su pueblo en otro momento difícil: «Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre» (Isaías 40:8). Aunque amenazaban las «tormentas de fuego» de la invasión y el exilio, Dios afirmó que sería fiel a sus promesas y nunca abandonaría a los que se volvieran a Él… pasara lo que pasara.
La Biblia en Peshtigo, aunque parcialmente legible, estaba abierta en los Salmos 106 y 107, que dicen en su primer versículo: «Alabad al Señor, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia». Sus palabras y su amor nunca cambian, y por eso le agradeceremos por siempre.
Reflexiona y ora
¿Cuál es tu promesa de Dios favorita? ¿Qué puedes hacer para mantener hoy en mente sus promesas?
¡Dios, te alabo por tu fidelidad!
Martes 5 de agosto
… el Señor tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará (v. 6).
La escritura de hoy: Deuteronomio 31:1-8 | Nancy Gavilanes escribe: |
A lo largo de los años, he orado por muchas personas que luchan con la soledad por varias razones, y las he alentado: residentes de hogares de ancianos cuyos familiares no los visitan, viudas que pasan los días afuera para no estar solas en sus casas vacías, líderes en la obra de Dios que no tienen a nadie como confidente y personas sin techo que se sienten ignoradas y solas.
La soledad puede afectar a cualquier persona en cualquier momento. El Cirujano General de los Estados Unidos emitió una advertencia en mayo de 2023 alertando al público sobre la epidemia de soledad. Aproximadamente la mitad de los adultos estadounidenses dicen haber experimentado soledad, lo que, según la advertencia, puede ser tan mortal como fumar una docena de cigarrillos por día.
Cuando Moisés se estaba preparando para pasar la antorcha a su sucesor Josué, quiso asegurarse de que los israelitas supieran que no enfrentarían solos las batallas al entrar en la tierra prometida: «no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque el Señor tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará» (Deuteronomio 31:6). Y a Josué le recordó: «el Señor va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará» (v. 8).
Que, al enfrentar la soledad, nos consuele saber que Dios nunca nos abandona.
Reflexiona y ora
¿Por qué es importante saber que nunca estás solo? ¿Cuán consolador es saber que Dios está contigo?
Dios, gracias porque nunca estoy solo.
Miércoles 6 de agosto
Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis (Santiago 2:8).
La escritura de hoy: Santiago 1:19-27 | Dave Branon escribe: |
Después de que una tormenta de verano golpeó nuestra ciudad, tuve que solucionar el daño hecho por los árboles a nuestra casa, además de limpiar a fondo el patio repleto de ramas y hojas. Mientras lo hacía, trataba de animarme repitiendo: «¡Nosotros no tenemos ningún árbol!». Es cierto. Aparte de tres pinos pequeños de menos de un metro de alto, no tenemos. Pero paso bastante tiempo limpiando después de las tormentas o cuando caen las hojas de los árboles de los vecinos.
Vecinos… prójimos. ¿Cómo interactuamos con ellos, aunque cuando algo que hicieron, dijeron o plantaron nos molesta? Las Escrituras afirman claramente nueve veces: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Levítico 19:18, Mateo 19:19, Marcos 12:31, Gálatas 5:14, y Santiago 2:8; entre otros). De hecho, es el segundo gran mandamiento que Dios nos dio. Una de las claves para mostrar amor a nuestros vecinos y a nuestros prójimos es cómo interactuamos con ellos. Santiago lo explica diciendo: «todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse» (1:19).
Esto no es siempre fácil. Va contra nuestra naturaleza. Pero amar al prójimo tiene que ser nuestra primera reacción. Con la ayuda de Dios, reflejemos la luz del amor de Jesús ante aquellos que comparten la vida con nosotros: nuestros vecinos y prójimos.
Reflexiona y ora
¿Qué te molesta de un vecino? ¿Cómo puedes manejar ese asunto con amor?
Padre, ayúdame a amar a mis vecinos.
Jueves 7 de agosto
… andad como hijos de luz (v. 8).
La escritura de hoy: Efesios 5:8-15 | Patricia Raybon escribe: |
La habitación del hotel de Tomás era superoscura durante la noche. ¿Y si se levantaba de noche y se caía porque no podía ver? Pero cuando se levantó, lo sorprendió ver una luz brillante que salía de debajo de la cama e iluminaba su camino. Un sensor de movimiento la había activado. Pero la luz solo funcionaba si se levantaba y empezaba a andar.
La Biblia dice que tenemos que andar expresamente en la luz de Dios. Pablo dijo a los nuevos creyentes en Jesús en Éfeso: «Sed, pues, imitadores de Dios […]. Y andad en amor» (Efesios 5:1-2). Pero ¿cómo se anda de ese modo?
Al dar un paso en la luz amorosa de Cristo, nos alejamos de nuestros pecados, como la inmoralidad, la impureza, la idolatría y la codicia. Pablo dijo: «no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas» (v. 11). La adoración pagana proliferaba en Éfeso, pero las palabras del apóstol redirigían a los nuevos creyentes: «en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz» (v. 8). Y agregó: «comprobando lo que es agradable al Señor» (vv. 9-10).
El beneficio es que la luz de Jesús «te alumbrará» (v. 14), iluminando el camino. Cuando andamos confiados en la luz de Cristo, bendecimos a otros al guiarlos a Él, la fuente de la luz verdadera.
Reflexiona y ora
¿Cómo andas activamente en la luz de Cristo? ¿Cómo ha iluminado Él tus caminos?
Jesús, brilla a través de mí.
Viernes 8 de agosto
… librad al oprimido de mano del opresor… (v. 3).
La escritura de hoy: Jeremías 22:1-5 | Amy Boucher Pye escribe: |
Josephine Butler, la esposa de un clérigo destacado, se encontró haciendo campaña por los derechos de las mujeres acusadas (a menudo injustamente) de ser «damas de la noche», a quienes la sociedad consideraba las «menos deseables». Impulsada por su profunda fe en Dios, luchó durante años contra las leyes británicas de la década de 1860 sobre enfermedades contagiosas, que sometían a las mujeres a exámenes «médicos» invasivos y crueles.
En 1883, durante el debate parlamentario para derogar esas leyes, se unió a las mujeres en Westminster para orar. Se conmovió al ver a las «mujeres más harapientas y pobres de los barrios bajos» junto a «damas de alto rango», todas llorando y pidiendo a Dios protección para las indefensas. Para alegría de ellas, las leyes fueron derogadas.
La convocatoria de Josephine evoca las palabras del profeta Jeremías, que entregó mensajes de Dios a reyes malvados. Dijo: «Haced juicio y justicia, y librad al oprimido de mano del opresor, y no engañéis ni robéis al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda» (Jeremías 22:3). Dios quería proteger a los que no podían defenderse contra los poderosos.
Dios puede incentivarnos a actuar también contra las desigualdades, dándonos poder para levantar en alto la justicia y defender a los débiles.
Reflexiona y ora
¿Cómo seguir a Dios afecta tu trato hacia los débiles e indefensos? ¿Cómo podría Dios utilizarte para defender a alguien oprimido?
Dios, ayúdame a compartir tu amor y tu gracia.
Sábado 9 de agosto
… esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados (v. 28).
La escritura de hoy: Mateo 26:26-29 | Sheridan Voysey escribe: |
Aristóteles dijo que nadie puede ser amigo de un dios. ¿Por qué? Porque la amistad requiere igualdad, y ¿qué dios dejaría su estado celestial para volverse igual a seres humanos terrenales?
Me pregunto qué habría hecho Aristóteles si hubiera estado en la última cena (Mateo 26:26-35), porque allí, Jesús —quien dejó su condición celestial para convertirse en un simple ser humano— dijo a sus discípulos que ya no los llamaría siervos sino amigos (Juan 15:15).
Aristóteles también se habría sorprendido de quiénes estaban a la mesa: Mateo, el publicano, amigo de los romanos; Simón, el zelote que denunciaba a Roma (Mateo 10:3-4); Jacobo y Juan, los «hijos del trueno» (Marcos 3:17), sentados junto al callado Felipe.
Imagino a Aristóteles extrañado cuando Jesús describió que un poco de pan y de vino eran su «cuerpo» roto y su «sangre» derramada para el «perdón de los pecados» (Mateo 26:26-28 rvc). ¿Qué dios moriría por meros mortales, incluso por los que lo habían abandonado (v. 56)?
Esta es una razón por la que la Cena del Señor es tan significativa. En Jesús, Dios se hizo amigo de los humanos y posibilitó la amistad entre los que tienen diferencias políticas y de temperamento. Al participar de la mesa del Señor, recordamos también al que redefinió la amistad entre lo divino y lo humano.
Reflexiona y ora
¿Cómo redefine Jesús las reglas de la amistad? ¿Cómo puede su ejemplo ayudarte a superar hoy las diferencias relacionales?
Jesús, gracias por hacerme tu amigo.
Domingo 10 de agosto
… te acompañaré siempre y estableceré tu dinastía, como lo hice con David, y te entregaré el pueblo de Israel (11:38).
La escritura de hoy: 1 Reyes 11:34-39; 12:31-32 | Karen Huang escribe: |
«Te amo. Nunca te dejaré». Julia guardó el mensaje de su esposo para poder leerlo cuando tuviera miedo. Una niñez problemática la había dejado con temor de que sus seres amados la abandonaran. Por eso, solía pedirle a su esposo que la tranquilizara y esperaba ansiosa que regresara a casa.
La oración y los consejos la ayudaron a reaccionar de formas saludables. Dijo: «Miraba mis miedos a la luz de las promesas amorosas de mi esposo. Pensaba: ¡Sus promesas son ciertas!, y él se comportaba como decía».
El rey Jeroboam también tenía miedos infundados. Por la apostasía de Salomón, Dios ya le había asegurado que, si lo obedecía, quitaría «el reino de la mano [del] hijo [de David]», y le entregaría «Israel» (1 Reyes 11:35, 38).
Pero Jeroboam tenía miedo. Pensó: «si este pueblo subiere a ofrecer sacrificios en la casa del Señor en Jerusalén; […] se volverá a su señor Roboam» (12:27). Su temor lo llevó a establecer lugares cercanos para adorar e impedir que sus súbditos siguieran al hijo de Salomón (vv. 26-33), y enfrentó el juicio de Dios (14:7-16). ¡Si tan solo hubiese confiado en las promesas de Dios!
No tenemos que lidiar solos con los temores infundados. Dios nos ha asegurado sus promesas en las Escrituras. Que sus verdades amorosas iluminen nuestra mente y caminos.
Reflexiona y ora
¿Qué temores infundados tienes? ¿Qué dicen las Escrituras acerca de ellos?
Dios, ayúdame a enfrentar mis miedos.